La Historia del Lápiz y el Maestro Sabio

En un tranquilo taller de carpintería, un maestro artesano dedicaba su tiempo a la creación de herramientas y muebles. Un día, mientras tallaba un hermoso lápiz de madera, su joven aprendiz lo observaba con curiosidad.

—Maestro, ¿por qué dedicas tanto cuidado a la fabricación de un simple lápiz? —preguntó el muchacho.

El anciano sonrió y, sosteniendo el lápiz recién terminado, dijo:

—Este lápiz, aunque pequeño, tiene cinco lecciones importantes que pueden enseñarnos cómo vivir una vida plena y con propósito.

El aprendiz se acercó, intrigado, y el maestro comenzó a explicar:

1. A veces, el dolor es parte del proceso

El maestro tomó un sacapuntas y comenzó a afilar la punta del lápiz.

—Para que este lápiz sea útil, debe ser afilado —dijo—. No es un proceso agradable, pero sin él, no podría escribir.

El joven asintió, comprendiendo la lección.

—Así también en la vida, pasaremos por momentos difíciles y pruebas que nos "afilan". Pero Dios usa esos momentos para hacernos mejores, más fuertes y más sabios. Como dice Romanos 5:3-4: "Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza."

2. Siempre podemos corregir nuestros errores

El maestro señaló la goma de borrar en el extremo del lápiz.

—Mira, este lápiz tiene una goma, porque cometerá errores. Pero eso no significa que esté arruinado, solo que necesita corregir lo que ha hecho mal.

El aprendiz reflexionó sobre ello.

—Nosotros también fallamos —continuó el maestro—, pero Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos y corregir nuestro camino. 1 Juan 1:9 dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad."

3. Lo más importante está en el interior

El anciano partió un lápiz viejo en dos y mostró el grafito en su interior.

—Por fuera, el lápiz puede verse bonito o desgastado, pero lo que realmente importa es lo que tiene dentro: la mina. Sin ella, el lápiz no sirve de nada.

El aprendiz entendió la comparación.

—Así también nosotros —dijo el maestro—. Dios no mira lo exterior, sino lo que hay en nuestro corazón. 1 Samuel 16:7 nos recuerda: "Porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón."

4. Debemos dejarnos guiar por la Mano correcta

El maestro tomó el lápiz y escribió con él.

—Este lápiz no puede escribir solo, necesita que una mano lo guíe. De la misma manera, nosotros solo seremos verdaderamente útiles cuando nos dejamos guiar por Dios.

El aprendiz sonrió, entendiendo el significado.

—Si dejamos que Dios nos dirija, escribirá la mejor historia con nuestra vida. Como dice Proverbios 3:5-6: "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas."

5. Nuestra vida dejará huellas

Finalmente, el maestro sostuvo el lápiz y trazó una línea en el papel.

—Con el tiempo, este lápiz se desgastará y desaparecerá. Pero las marcas que deje en el papel permanecerán.

El joven se quedó pensativo.

—Así también nuestra vida pasará, pero lo que hagamos por los demás y para Dios permanecerá. Como dice Mateo 5:16: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."

Reflexión Final:

Al igual que el lápiz, nosotros pasamos por pruebas que nos moldean, tenemos la oportunidad de corregir nuestros errores, debemos recordar que lo más importante es nuestro interior, necesitamos ser guiados por Dios y, al final, nuestra vida dejará una huella.

Que cada día recordemos que Dios nos ha diseñado con un propósito único y que, si nos dejamos guiar por Él, escribiremos la historia que Él tiene preparada para nosotros.

Preguntas para Reflexionar:

1. ¿Cómo estás permitiendo que Dios te "afile" a través de las pruebas?

2. ¿Estás dispuesto a corregir tus errores y buscar la dirección de Dios?

3. ¿Qué tipo de huella estás dejando en la vida de los demás?