Buscaré a los que me adoren en espíritu y en verdad.

Jesús, en su conversación con la mujer samaritana, revela una de las verdades más profundas sobre la adoración. Le explica que el lugar físico ya no será el foco de la adoración, sino que lo será la actitud y el estado del corazón. Este pasaje nos recuerda que Dios busca verdaderos adoradores, aquellos que lo honran con sinceridad y bajo la guía del Espíritu Santo.

PROMESAS DE DIOS

12/20/20242 min read

person raising hand
person raising hand
¡Dios mismo nos está buscando a nosotros!

Jesús habla con una mujer samaritana junto a un pozo cuando dice que el Padre busca a quienes lo adoren en espíritu y en verdad. La palabra griega para buscar es "zeteo", que se describe como... buscar algo para encontrarlo, aspirar a algo, esforzarse por lograrlo, anhelar, etc. Esta palabra muy activa describe cómo se siente Dios con respecto a quienes vuelven su corazón hacia Él.

"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren."

– Juan 4:23 (RVR 1960)

Análisis de la Promesa:

  1. "Mas la hora viene, y ahora es": Jesús anuncia un cambio trascendental en la adoración. Con Su venida, las barreras culturales, físicas y rituales serían derribadas. Ahora, todos tienen acceso directo a Dios a través de Cristo.

  2. "Los verdaderos adoradores": Dios no busca una adoración superficial o ritualista, sino una auténtica, que brote del corazón y esté alineada con Su verdad.

  3. "En espíritu y en verdad": Adorar en espíritu implica que nuestra adoración es guiada por el Espíritu Santo, quien nos conecta con Dios de manera profunda. Adorar en verdad significa honrarlo de acuerdo con Su Palabra y Su carácter, evitando hipocresía y falsedad.

  4. "El Padre tales adoradores busca": Dios no solo acepta esta adoración, sino que la anhela. Él desea una relación íntima y genuina con Sus hijos, donde la adoración sea un reflejo de nuestra vida transformada.

Desafío Diario:

  • Evalúa tu Adoración: Reflexiona sobre cómo adoras a Dios. ¿Es genuina y sincera, o solo una rutina?

  • Busca la Guía del Espíritu Santo: Antes de orar o alabar, pide al Espíritu Santo que te guíe para que tu adoración sea genuina y acorde a la verdad de Su Palabra.

  • Adora en Tu Día a Día: Dedica momentos durante el día para reconocer la presencia de Dios en tu vida. Canta una alabanza, recita un versículo o simplemente agradece en silencio.

Si bien estamos llamados a vivir una vida de ser buscadores de Dios, ¡Dios mismo nos está buscando a nosotros! ¡Él anhela nuestra atención más de lo que nosotros anhelamos la suya! Él busca a quienes presentarán sus cuerpos como sacrificios vivos para sus propósitos.